Durante el verano pasado, el brote de dengue se extendió por catorce provincias y afectó, según cifras oficiales, a unas 26 mil personas. De esta manera, la epidemia puso en evidencia la precariedad del sistema sanitario y la debilidad de las estrategias de prevención. Ahora, con una escasa planificación de campañas destinadas a impedir la proliferación del mosquito aedes aegypti y la disminución del presupuesto en salud, el país enfrentará nuevamente un grave riesgo sanitario.
http://www.clarin.com/diario/2009/10/27/opinion/o-02027525.htm
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